Los filtros de agua: tipos, funciones y mantenimiento

La osmosis es un procedimiento de retención de contaminantes y de tratamiento químico y bacteriológico que garantiza la obtención de agua de máxima calidad para el consumo humano y animal, pudiendo utilizarse también para otras aplicaciones como el riego a partir de aguas residuales.

Funcionamiento de los filtros de agua

El funcionamiento de un sistema de osmosis inversa se basa en la integración de distintos tipos de filtros, sumados a una membrana filtrante, lo que en conjunto compone un equipo de purificación de agua. En la osmosis inversa, el agua se hace pasar por una batería de filtros y una membrana semipermeable con el fin de filtrar contaminantes como: metales pesados, exceso de sales, microorganismos, sustancias tóxicas, etc. El resultado final del proceso es la obtención, como hemos comentado, de agua de gran calidad y de un sabor similar a la embotellada. La membrana es de poliamida semipermeable y está enrollada en espiral. Su función es retener y eliminar el paso de todo tipo de contaminantes: bacterias y virus, metales, exceso de sal, cloro etc.  

 

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Tipos de filtros

Las máquinas de osmosis incorporan un total de cuatro filtrostres para limpiar el agua antes de su paso por la membrana (pre-filtros) uno para filtrar de nuevo el agua que ya ha sido osmotizada en dicha membrana (post filtro).

Pre-filtros de carbón activo

Las membranas son relativamente sensibles al cloro, por esta razón se utilizan dos filtros de carbón activo: uno para el cloro y otro para capturar también los sedimentos mayores de 5 micras. La utilización de estos pre-filtros de carbón tiene varias ventajas: alarga la vida útil de la membrana, impide que se tapone con el cloro y otras sustancias y limpia el agua de sedimentos nocivos o que producen mal sabor.

Post-filtro

También es de carbón y por éste pasa el agua que ya ha sufrido un proceso de osmosis en su paso a través de la membrana, produciéndose una especie de re-filtración. La finalidad de este filtro es mejorar la calidad del agua, ya que está especialmente diseñado para mejorar el gusto y, en definitiva, dejar el agua en las mejores condiciones posibles para el consumidor. Otra ventaja de este filtro es que elimina cualquier residuo, impurezas y olores del depósito y de las conducciones. El material del post-filtro puede ser dos tipos: de carbón activado GAC (como los de prefiltrado) o de carbón activado con plata. Estos últimos tienen un efecto bacteriostático añadido. Adicionalmente, existe la posibilidad de añadir un segundo post-filtro, denominado post-filtro re-mineralizador, con las siguientes funciones extra: eliminar el posible sabor residual que pudiera resultar del paso del agua por la membrana de ósmosis, regular el PH del agua de salida y mineralizar el agua.

 

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Mantenimiento de un equipo de osmosis inversa

Una de las ventajas de los sistemas de osmosis inversa es su sencillo y económico mantenimiento, básicamente se basa en la sustitución, cada cierto tiempo, de los distintos filtros y la membrana con el objeto de: garantizar el correcto funcionamiento del aparato, mantener el buen sabor y la calidad del agua y evitar contagios por bacterias que podrían haber anidado en el aparato. En un equipo de ósmosis normalmente nos encontramos con cinco cartuchos en cuyo interior se encuentran los filtros: sedimentos, carbón activo (granular) y carbón activo (en bloque), la membrana y el postfiltro. La frecuencia de sustitución de los filtros depende tanto del fabricante como de la calidad del agua en cada zona, pero como norma general podemos establecer el siguiente calendario o programa de sustituciones:

  • Cambio de filtros: los tres, cada 6-12 meses.
  • Cambio del post-filtro: cada 12 meses.
  • Cambio de la membrana: cada 3 años o cuando se observe un empeoramiento de la calidad del agua.

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