Agua, servicios mínimos para la vida


El agua es el componente más esencial para la supervivencia de todos los seres vivos, especialmente porque se trata de un disolvente biológico que participa en todo tipo de reacciones necesarias para el organismo.

Esta biomolécula inorgánica está presente en la gran mayoría de los procesos metabólicos que se desarrollan en el sí de las células y que permiten su supervivencia, de forma que este fluido se convierte en una sustancia indispensable para la vida. Por este motivo, sin agua, el ser humano no podría sobrevivir más que unos pocos días. En definitiva, el agua es sinónimo de vida, y también de salud y bienestar.

El agua contiene la fórmula química básica para los procesos biológicos esenciales. Además, representa más del 75% del cuerpo del ser humano, mientras que en el caso de otros seres vivos, se llega a superar el 90%.

Además existe una relación muy directa entre el desarrollo de los procesos referidos y la cantidad de agua necesaria para poder desarrollarlos, de forma que cuanto mayor es la deshidratación,
mayor será desarrollo de esas actividades naturales y necesarias del organismo.

En caso de deshidratación, por lo tanto, los procesos se ralentizan de forma progresiva hasta detenerse por completo, de forma que una falta de agua importante puede llevar a la paralización de las funciones del organismo, con unas consecuencias muy negativas.

Beber agua, por lo tanto, es una acción vital que debe ser suficiente y regular para conseguir la hidratación del organismo, y resulta igual de importante hacerlo tanto en casa como en cualquier otro sitio, como el centro de trabajo, por ejemplo, algo que hay que tener siempre en cuenta sobre todo mientras se trabaja, cuya atención tiende a centrarse en las tareas, con riesgo que esto conlleva de olvidarse de beber el agua suficiente.