El agua es esencial para la salud y para el bienestar de todas las personas, pero sobre todo, de los bebés, que corren el riesgo de deshidratarse con mayor rapidez si no reciben la cantidad de agua necesaria. La leche materna es una buena fuente de agua, sobre todo en los primeros meses de vida. Sin embargo, cuando el niño empieza a tomar agua, hay que controlar de cerca la calidad así como la cantidad del agua que consume. La calidad hace referencia a su grado de mineralización, que corresponde a cantidad de minerales que contiene. Los riñones inmaduros del bebé todavía no están en condiciones de actuar con su máxima eficacia para filtrar esos minerales disueltos en el agua. Por esa razón, es importante ofrecerles aguas de mineralización débil, que contienen cantidades bajas de los minerales disueltos habitualmente en el agua. En cuanto a la cantidad de agua que necesita, en ocasiones puede resultar difícil determinara con precisión, aunque hay algunos indicios claros de deshidratación o de necesidad de beber agua que deben tenerse en consideración. Un niño muy pequeño con una hidratación deficiente hidratado moja menos de seis pañales en veinticuatro horas, dado que al no beber suficiente agua, orina menos. Otro indicativo de deshidratación puede ser el hecho de que la fontanela, la porción de cráneo delantera de su cabeza que todavía no se ha consolidado de forma definitiva, es decir, que no ha llegado a cerrarse por completo o bien que se presenta no desplazada, como es habitual, sino hundida. Otro detalle que no debe pasar desapercibido para los padres es el color de la orina, que se presenta más oscura, más amarilla, producto de la concentración de los desechos, pero también debido a la baja proporción de agua en su organismo. También resulta útil comprobar el estado de los labios del bebé, de forma que si se presentan secos o resecos es indicativo de que al niño no ha bebido agua suficientemente. Lo mismo se puede decir de la piel en general de su cuerpo, de forma que si no aparece elástica, brillante y rosada, es también un claro indicativo de deshidratación.
