Desmontando mitos del agua


El agua ha dado pie a la creación de todo tipo de lugares comunes, idealizaciones y hasta argumentos científicos que en un principio parecían sólidos, pero que los recientes descubrimientos han demostrado que eran totalmente falsos. Se trata de multitud de ideas preconcebidas de distinto tipo, como la de las formas de las gotas de agua. La gota de agua siempre se representa en forma de lágrima, ancha y redonda por debajo y estrechas en la parte de arriba. Sin embargo, recientemente, con la utilización de cámaras de alta velocidad se ha podido determinar que las gotas de agua tienen forma de galleta gruesa, un poco aplastada, y que, por lo tanto, es redonda. Otra idea infundada es que el agua que de la atmósfera que forma parte del aire y de las nubes, en forma de vapor de agua, permanece en el cielo durante mucho tiempo y no cae a no ser que llueva, en cuyo caso el agua se precipita. Sin embargo, durante toda la vida media de una molécula de agua, el tiempo que pasa en la atmósfera es realmente corto. Para comprender su ciclo de vida real, suponiendo que la vida de una molécula de agua fuera de cien años, por ejemplo, proporcionalmente, la molécula permanecería en el mar 98 años, durante 20 meses estaría presente en forma de hielo, durante 2 semanas compartiría el lecho de lagos y ríos y solo permanecería 1 semana formando parte de nubes y del aire en la atmósfera. Asimismo, al ingerir agua, el organismo solo representa un paso transitorio en el recorrido de las moléculas de agua, es decir, en el ciclo del agua. El agua ingerida sale del organismo en forma de orina, y esta agua vuelve al mar, de forma que, en algún momento de su historia, las gotas de agua formarán parte del cielo.

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