Objetivos laborales: una cuestión de estrategia y planificación

RRHH


Un proyecto o empresa tiene como finalidad el éxito. Para llegar hasta él, necesitamos una estrategia que nos conduzca a nuestros objetivos.

Una estrategia sugiere la dirección que debemos tomar. Es el paso anterior al plan de acción, pues no determina qué se hará ni cuando, pero sí aboceta un medio y una dirección; es decir, enumera y coordina todos los elementos de los que nos serviremos para conseguir nuestros objetivos laborales.

Es muy común que en el camino hacia el objetivo laboral se usen varias estrategias; siempre encontraremos diversas vías en las que trabajar, y en cada una de ellas podemos desarrollar una estrategia distinta para conseguir el mismo resultado: por ejemplo, informar de nuestra empresa en prensa, hacer publicidad audio visual, comunicarse con los futuros clientes a pie de calle, etc.

 

 

La estrategia y la planificación paso a paso

Lo primero que hace una buena estrategia es contemplar los distintos obstáculos que puedan aparecer en el camino, al mismo tiempo que evalúa nuestros puntos fuertes.

Es importante hacer una lista de los factores internos y externos que dificultarán nuestro éxito, así como de los valores que nos distinguen como empresa y que nos abrirán un hueco en el mercado. Una vez evaluados los inconvenientes (dificultades económicas, mucha competencia, falta de difusión) nuestra estrategia tratará de evitar (o vencer) esos puntos débiles, así como potenciar al máximo nuestros valores. Este último paso pertenece al plan de acción, que dice qué se hace, cómo, y cuando; sin embargo, en la estrategia ya deben estar definidos los caminos por los que vamos a pasar y el terreno que vamos a trabajar.

motivación laboral

También es de vital importancia conocer a fondo el público que nos dará el éxito que buscamos. Sin conocer la destinación, no podremos marcar el rumbo; de eso trata planificar una estrategia. Para acercarnos lo máximo posible a nuestro target podemos realizar encuestas a pie de calle u online, así como estudiar el público de empresas similares a la nuestra y analizar cómo satisfacen sus necesidades.

Nos preguntaremos siempre qué valor añadido podemos aportar respecto de las otras empresas. Así pues, debemos preguntarnos por las personas y sus necesidades, intentando responder a la pregunta: ¿a quién nos dirigimos con nuestro proyecto? ¿Qué podemos ofrecer?

Así es, una estrategia es un intento de responder preguntas que surgen al inicio de un proyecto. ¿Qué vamos a hacer, cómo lo haremos? ¿A quién va dirigido? ¿En qué sector nos vamos a mover, qué canales de difusión vamos a usar para darnos a conocer? ¿Sobre qué soportes vamos a trabajar? Contestar debidamente a estas preguntas dará como resultado un proyecto definido, listo para pasar a un plan de acción.

En cuanto a planificación, es importante hacerla en equipo. Tanto el apoyo mutuo como la aportación de ideas de los demás enriquecerán enormemente nuestra estrategia. Rodéate de personas de confianza, con visión de futuro, y sobre todo con imaginación. La estrategia, al no ser todavía un plan de acción, trata en gran parte de imaginar y visualizar un escenario que aun no se ha producido, es decir, el éxito de nuestro objetivo laboral. Reunirse con los miembros de la empresa y hacer brainstorming es muy positivo: aparecerán nuevas perspectivas, se puntualizarán inconvenientes que no se habían contemplado en un primer momento y se completará el trabajo en mucho menos tiempo.

 

El tiempo es clave

Adelantarnos al mercado con nuestras ideas es una cuestión de saber gestionar los tiempos adecuadamente. Una buena estrategia que entra tarde en el mercado se queda atrás, y un buen resultado laboral cuya estrategia no se renueva, acaba quedando obsoleto. Marcar plazos forma parte del plan de acción, pero tener en cuenta este aspecto ya en la estrategia hará que todo funcione a la velocidad adecuada en las siguientes fases. Trabajar la estrategia antes de comenzar nos ahorra mucho tiempo cuando aparecen los imprevistos; tendremos una segunda alternativa preparada para poder superar el bache.

Como ves, una buena estrategia requiere de muchas competencias (auto conocimiento, investigación del mercado y del público, innovación…) pero aporta numerosas ventajas; una buena planificación es sinónimo de buen funcionamiento, el primer ingrediente necesario para llegar hasta nuestro éxito.

 

felicidad en el trabajo