Tecnología de la ósmosis inversa, un camino que se inició en el mar


La ósmosis es un proceso físico que reproduce un fenómeno natural representado, por ejemplo, en el trabajo de asimilación de nutrientes que se produce en las células de los seres vivos, aunque, como su nombre indica, la osmosis inversa corresponde a este proceso natural, pero debidamente invertido.

La aplicación física sobre el agua de la fórmula de la osmosis inversa resulta de gran utilidad en la industria, y consiste en el filtrado de los caudales de consumo mediante un sistema de membranas semipermeables, que dejan pasar el agua pero que retienen los componentes químicos y los sedimentos disueltos en ella, con el fin de purificarla.

La osmosis inversa es un sistema de filtrado del agua simple, económico y flexible que permite incrementar la producción de agua limpia de manera escalable.

Este sistema de osmosis inversa comenzó a aplicarse en la industria durante la segunda mitad del siglo XX, aunque en realidad ya se conocía desde el año 1748, cuando el químico Jean Antoine Nollet descubrió el rendimiento de estas membranas filtradoras.

Paradójicamente, lo más curioso de la osmosis inversa es que, a pesar de sus virtudes, muchos físicos y químicos la estudiaron y la aplicaron en distintos procesos en sus laboratorios, un uso que se prolongó durante los siguientes doscientos años, pero no se empezó a utilizar con fines prácticos hasta más tarde, como en el ahora ya popular sistema de filtración de las aguas de mar para su proceso de potabilización.

Los origenes de este sistema de purificación se encuentran en el mar cuando, en 1949, unos investigadores de la Universidad de California se atrevieron a realizar las primeras experiencias con la desalación de aguas. En 1950, unos investigadores de la Universidad de Florida crearon agua dulce para consumo, extrayéndola del agua del mar y aplicando por primera vez la fórmula de la osmosis inversa.

El nivel de producción en 1950 era tan bajo que no resultaba rentable y, sin embargo, en 2001, con la tecnología de la osmosis inversa muy desarrollada, ya se contabilizaban más de quince mil plantas de desalación en todo el mundo, que funcionaban con este sistema.