Una interesante guía para los empresarios: “La hidratación en el trabajo” (II)

Bienestar en la oficina
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En el post de noticias anterior, presentamos ya este útil manual coescrito por Lluís Serra-Majem y Javier Aranceta Bartrina, dos grandes expertos en este tema, y en este post queremos hacer hincapié en el interés de este manual y las ventajas que puede suponer no solo para los empresarios.
Es que este manual está pensado para funcionar como herramienta educativa y está diseñado también con el fin de concienciar a los profesionales de la salud, directivos y autoridades, ya que establece unos protocolos básicos que pueden resultar útiles en ámbitos muy distintos. Según sus autores, es importante que los empresarios intenten "establecer pautas para reponer la cantidad adecuada de líquidos durante la jornada en la empresa y que estas formen parte de los protocolos laborales".
Evidentemente, estas pautas están condicionadas la intensidad y duración del trabajo, así como por las condiciones ambientales en las que se realice. En casos extremos, por ejemplo, en ámbitos laborales como el de la minería y la construcción, las pérdidas hídricas son superiores que en otros ámbitos, no solo por el esfuerzo y las condiciones, sino también porqué su jornada laboral puede ser muy larga.
También hay otras circunstancias en las que la hidratación resulta esencial y prioritaria, como en los trabajos industriales, donde los trabajadores deben trabajar con ropa hermética o con un equipamiento de protección que les provoque una sudoración importante, por ejemplo.
Por otro lado, el aire acondicionado que se pone con tanta frecuencia en las oficinas puede aumentar la sequedad ambiental, algo que también debe compensarse con una buena hidratación.
Por último, la guía también incluye una reflexión sobre las consecuencias nefastas que tiene para el organismo el hecho no beber el suficiente líquido recomendado. Y descubre, por ejemplo, que la percepción de fatiga, una de las consecuencias ya conocidas por todos de no hidratarse correctamente, se debe al aumento de la presión cardiovascular y del ritmo cardíaco.

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