Vasos de agua, una vida bajo presión


Las fuentes de agua que se instalan en las oficinas siempre van asociadas a una estructura tubular dispensadora de vasos de plástico desechables. En general, estos vasos so blancos y de paredes finísimas, y en muchas ocasiones se obtienen partir de un proceso de reciclado de plástico ya usado.

Después de beber agua, si se presiona el vaso para desecharlo en el contenedor de plásticos, se puede observar con facilidad que siempre se deforma de la misma manera: primero lo hace en un sentido vertical, hasta se rompe, siempre en esa orientación y nunca en un sentido horizontal.

De esta forma, al aprovechar la finura del material, la eliminación del vaso de plástico por presión radial es más efectiva. Así, la presión radial ejercida sobre un objeto con forma troncocónica que se debe coger para llevarlo a la boca por su porción media no deforma el vaso.

En realidad, lo que confiere esta facilidad a la hora de eliminar el vaso es la manera en la que se da forma al material: el polímero se tensa en sentido vertical todavía caliente en la cadena de producción.

A la temperatura en la que se fabrica el vaso, sus fibras poliméricas se reordenan en la nueva forma del plástico en un sentido vertical. Es lo que se conoce como asintropía elástica, y que, con el tiempo, se manifiesta como una debilidad en la estructura del sólido, en este caso, del vaso de plástico utilizado para beber agua.