La felicidad es una cuestión de actitud, un estado de ánimo personal e íntimo influenciado por múltiples circunstancias, algunas procedentes del exterior o entorno y otras de dentro del individuo, estando relacionadas con la personalidad, inteligencia emocional y capacidad individual para afrontar los problemas y las circunstancias adversas. Lograr la felicidad en el trabajo no es una cuestión baladí, ya que no solamente hay que tener en cuenta los factores estrictamente laborales, sino que los problemas ajenos al ámbito laboral también influyen, y mucho, en cómo nos encontramos durante la jornada en la fábrica o la oficina. Los conflictos de pareja o los problemas con los hijos tienen una notable influencia en nuestro rendimiento y en la comunicación con compañeros y superiores.
Pese a su complejidad, a la empresa siempre le vale la pena invertir esfuerzos en que sus empleados se encuentren lo más satisfechos posibles. Esto ocurre porque la satisfacción y, por lo tanto, la motivación de los trabajadores está directamente relacionada con el nivel de productividad y rentabilidad de la empresa, argumento demostrado por muchos estudios.
10 Claves que ayudan en la satisfacción laboral
Para conseguir una satisfacción y felicidad laboral generalizada es indispensable que todos: la dirección de la empresa, mandos intermedios y empleados intenten remar en la misma dirección. De lo contrario, surgirán tensiones que enturbiarán el clima laboral y, en consecuencia, acabará produciéndose un trabajo de peor calidad y se cometerán un mayor número de errores por falta de comunicación y otros problemas. El resultado final será un indeseado descenso de los índices de productividad. Los siguientes consejos no pretenden ser la panacea para lograr un trabajo en permanente felicidad, pero sí pueden servir para crear el entorno adecuado y favorecedor de actitudes más próximas a la satisfacción, la motivación y el optimismo, que a la apatía y el desánimo.
1) Crea un entorno de trabajo confortable
Por encima de todo, un puesto de trabajo debe ser seguro para el trabajador, ergonómicamente correcto y cumpliendo siempre con la normativa vigente en cuanto a riesgos laborales. Esto se traduce en: medidas y diseños correctos tanto de espacios como de mobiliario, una temperatura confortable, suficiente ventilación, buenas condiciones de iluminación y ausencia de contaminación sonora. Sin embargo, existen cuestiones de detalle, que sin actuar directamente en la salud y las seguridad de los trabajadores, sí que pueden influir en su estado de ánimo, como una decoración cuidada y alegre que dé sensación de calidez e insufle nergía.
2) Potenciar la comunicación
El feedback entre la dirección y sus empleados ha de ser permanentemente fluido, cordial y eficaz. Los trabajadores deben tener la sensación de recibir siempre la información precisa por parte de la empresa y, a su vez, estos tienen que poder aportar ideas y expresar su punto de vista y opiniones. No se deben censurar la posturas críticas, aunque siempre hay que procurar que se hagan desde una óptica constructiva y buscando la mejora y la resolución de los problemas.
3) Optimizar procesos buscando la mejora continua
Una buena planificación, donde todos tengan muy claras sus funciones y objetivos individuales y globales de la organización, buscando el equilibrio de las tareas, sin que se produzcan sobrecargas, es fundamental para conseguir la satisfacción y motivación de los distintos actores de la empresa. Se debe intentar dar siempre un paso más, buscando la mejora continua y la excelencia, procesos en el que se debe implicar muy directamente a los trabajadores, formando equipos de mejora para solucionar problemas concretos y detectar áreas con un funcionamiento deficiente.
4) Ejecutar unas políticas de incentivos y promoción adecuadas
La excesiva rigidez en la configuración de las plantillas, con unas funciones y puestos excesivamente marcados y con mínima rotación de funciones y responsabilidades acaban generando, sobre todo en los trabajadores de más antigüedad, pasividad y apatía. De ahí la importancia de definir e implantar una buena estrategia de incentivos, flexible y dinámica, que acabe generando en beneficios económicos y posibilidad de ascensos.
5) Cuidar la parte emocional
El concepto de incentivos no debe entenderse únicamente como sinónimo de beneficios económicos. En las sociedades desarrolladas el hombre no trabaja sólo para sobrevivir. Además del sueldo, existen otras necesidades, como el auto reconocimiento o la realización personal, que también es necesario satisfacer.
6) Potenciar el talento y la creatividad
Un gran error de muchas empresas es buscar fuera un talento que ya se tiene en casa, formando parte de sus plantillas, a veces desde hace años, pero camuflado en funciones y puestos que no les dejan sacar a relucir su talento y posibilibades creativas e innovadoras. Si el talento fluye, se gana en felicidad y productividad.
7) Aprovechar el carácter contagioso de la felicidad
La risa, como la felicidad, es contagiosa. A poco que se establezcan los cauces adecuado, un trabajador feliz no tardará en contagiar a los demás su estado de ánimo. Por eso es muy conveniente, organizar comidas, cenas y actividades lúdicas, que pueden utlizarse también como incentivos, donde los trabajadores se conozcan a un nivel más personal, estrechen vínculos y se relajen.
8) Facilitar la conciliación en el trabajo y familia
Otro aspecto clave. No solo las mujeres, sino también los hombres, se sienten más satisfechos y felices y, sobre todo, más relajados y tranquilos cuando saben que no van a a tener problemas para quedarse con su hijo si un día está enfermo, ir a recogerlo a tiempo al colegio o acudir a la función de fin de curso. No es difícil de lograr, es una cuestión de flexibilizar horarios o poner los medios necesarios para poder trabajar desde casa.
9) Minimizar el estrés
El estrés va ligado a mucha actividades humanas, pero eso no significa que se pueda minimizar y manejar de forma positiva. Existen cursos y talleres para aprender a gestionar el estrés, en las que se enseña también que cuestiones aparentemente banales, como disponer de un sala en el trabajo donde tomar algo y relajarse charlando, puede funcionar como un exitoso y útil espacio terapéutico.
10) Potencia el bienestar
Por desgracia, tendemos a infravalorar la importancia de mimar nuestro propio bienestar, que por otro lado es algo que se pude aprender. Muchos trabajadores no son conscientes, por ejemplo, de la importancia clave de alimentarse adecuadamente y hacer ejercicio para la salud y el rendimiento laboral. Desde la empresa, mediante cursos y charlas, es necesario informar, educar e insistir en la importancia del cuidado personal. Es otra de las cuestiones clave de la satisfacción en el ámbito laboral. Post relacionados: