Agua para iluminar el Tercer Mundo


A diferencia de otros fluidos, el agua tiene una capacidad extraordinaria para producir, mantener y conducir el calor, una característica que permite múltiples aplicaciones.

Estas propiedades permiten utilizar el agua en distintos electrodomésticos así como aplicarla en distintos campos de la industria. En cuanto a los electrodomésticos, se trata de los sistemas de calefacción, unos modelos de calentadores que tienen como base el agua asociada a otros fluidos.

En cuanto a la industria, hay un proyecto de tecnología innovadora que intenta aprovechar esta cualidad del agua para crear electricidad, pero que los ingenieros todavía no han sabido aplicar. Se trata de una fuente de energía que satisfaría las necesidades energéticas de algunos países subdesarrollados. En estos países hay una gran necesidad conseguir energía sin malgastar sus recursos, y de poder disponer de ella de forma autosuficiente, indefinida e inmediata. En este sentido, además, los ingenieros deben tener en cuenta que, en estos países, la mayoría de las poblaciones residen en entornos naturales donde se producen grandes precipitaciones así como en zonas con temperaturas altas.

El proyecto futurista se basaría, por lo tanto, en obtener de las aguas cerradas, naturales o no, a partir de lagos, lagunas y charcas recalentadas por el ambiente y el sol. En estos territorios, en general hay un diferencial de temperatura suficiente para poder convertir el agua en una corriente eléctrica capaz de mover turbinas y producir, en definitiva, electricidad.

Se trataría, en definitiva, de poner a trabajar el agua, no haciéndola saltar por presas, por ejemplo, para que adquiera velocidad, sino aprovechando su propia temperatura.

Asimismo, hay un plan similar de aplicación para los mares y océanos tropicales en los que el agua puede superar los 35 grados en algunas ocasiones. El único problema que plantea este otro proyecto es una cuestión de escala, ya que su aplicación solo funcionaría para poblaciones pequeñas entidades, pero no serviría para abastecer grandes necesidades humanas.

Quizá ahora al mirar la fuente de agua que hay instalada en su oficina, verá algo más que agua., puesto que además ofrecerle hidratación, y sus consecuentes beneficios para su salud y su bienestar, también podría en un futuro convertirse en una fuente de electricidad aprovechable.

En definitiva, puede que no sea una ficción y que, en algunas generaciones, el simple vaso de agua que ofrecen estas máquinas funcione como una pila de energía.