Aguas para la nariz


Hay unas técnicas de las catas de agua muy sencillas que permiten apreciar mejor las cualidades y propiedades del agua que se consume a diario. En cualquier caso, no es necesario convertirse en catador profesional de aguas, sino en aprender a apreciar con mayor conocimiento de causa, el agua que ingerimos a diario, tanto en el hogar como en el lugar de trabajo. Sin embargo, si se quiere ser minucioso a la hora de aprender a diferenciar distintos tipos de agua, el olor es uno de los aspectos fundamentales a tener en cuenta, porque en un cata se saborea, pero también se huele el agua. En cuanto a los distintos olores que puede tener el agua, a continuación se muestran los más comunes, que el consumidor puede intentar reconocer en las aguas de su entorno, incluidas las que bebe de las fuentes de agua que puede encontrarse en su oficina: -Agua fangosa: Huele a tierra mojada, sucia y, por supuesto, a fango. -Agua calcárea: Huele a cal. -Agua ferrosa: Huele a hierro. -Agua mohosa: Desprende un olor a pútrido, como el de los lugares cerrados y húmedos. -Agua con grasa: Desprenden un olor desagradable, propio de los residuos de grasas degradados. -Agua sulfurosa. Huele a huevos podridos, como se dice popularmente. -Agua refrescante: Agua con gas, que durante la cata deja una sensación de hormigueo en la boca. -Agua de mineral característica. Huele a mineral, y no hay que confundirlas con las aguas ferruginosas o las que huelen a cal o tierra.