No te preocupes, combatir el insomnio no es una utopía. Eso sí, antes de sumergirnos en el tema, debemos diferenciar entre un insomnio transitorio que se presenta durante un episodio de estrés y el insomnio crónico. En este último caso, es necesario acudir a la consulta de un especialista. Por eso, en este artículo te vamos a compartir algunos trucos para que aprendas cómo combatir el insomnio esporádico y logres dormir a pierna suelta después de una jornada de trabajo o estudio estresante.
Insomnio: causas y tipos
Los problemas para dormir están más generalizados de lo que pueda parecer. La reducción de la capacidad para dormir puede tener diversas causas.
-
Por un lado, podemos encontrar causas médicas, como algunas enfermedades psiquiátricas, metabólicas, hormonales, neurológicas… u otras condiciones que causen dolor y este interrumpa el sueño.
-
Pero, por otro lado, existen causas externas del insomnio, fundamentalmente factores ambientales, que influyen de forma negativa en el sueño. Algunos de estos factores son los malos hábitos del sueño, el uso y abuso de sustancias.
Según la causa del insomnio, se pueden distinguir dos tipos:
-
Insomnio crónico: dura más de seis meses y se puede sufrir por años. Es necesario acudir a un especialista.
-
Insomnio transitorio: se produce durante un corto periodo de tiempo, menor de seis meses. También es recomendable acudir a un especialista antes de que pueda transformarse en un insomnio crónico.
Cómo combatir el insomnio con hidroterapia
El agua es una fuente de bienestar que nos ayuda a sentirnos bien por dentro y por fuera. Estar bien hidratado al irnos a dormir es muy importante y uno de los trucos que pueden ayudarnos a conciliar el sueño. Además, si te cuesta conciliar el sueño de vez en cuando, puedes emplear el líquido elemento para relajarte y elevar la segregación de serotonina que te ayude a dormir. Te contamos cómo:
-
Un estudio de la National Sleep Foundation señala que uno de los secretos para dormir bien es procurarnos una hidratación adecuada. Una leve deshidratación podría despertarnos en mitad de la noche. Así que no dudes en tomar un vaso de agua antes de dormir. Por si fuera poco, ese mismo vaso de agua te ayudará a despertarte 7 u 8 horas después, cuando la urgencia de ir al baño a orinar te empuje fuera de la cama.
-
Baño caliente para los pies. Sumergir los pies en agua caliente —sin quemarte, no es necesario que el agua esté hirviendo, pero sí que notes el calor— durante 20 minutos produce una gran sensación de bienestar y relajación. Añade sal marina o bicarbonato. Esta técnica es muy agradable en los días más fríos del invierno.
-
Infusión de hierbas relajantes. La fitoterapia es una buena solución para una infinidad de problemas. En el caso del insomnio, puedes probar con infusiones de plantas que ayudan a conciliar el sueño como la pasiflora, la valeriana o la amapola californiana. A diferencia de los somníferos sintéticos, las plantas no tienen efectos secundarios
-
Ducha templada con aromaterapia. Aprovecha la ducha nocturna para relajarte con el calor y con los aromas de los aceites esenciales que te ayudarán a conciliar el sueño. No tienes más que añadir unas gotas a tu gel de ducha y aprovechar que te enjabonas el cuerpo para masajear tus músculos. Los aceites que mejor funcionarán son el de mandarina, lavanda, mejorana y manzanilla romana. Este último tiene una fragancia muy dulce y funciona muy bien también con los niños.
Como ves, el agua es un gran aliado también para dormir. Procura hidratarte durante el día, hacer ejercicio y dedicarte algo de tiempo para desconectar de las responsabilidades laborales y familiares. Es probable que haya días en los que el estrés interfiera en tu ritmo de sueño, es normal. Si no quieres pasarte la noche con los ojos abiertos como platos, toma un vaso de agua y prueba alguno de los remedios de la hidroterapia.