El agua se define como un líquido inodoro, incoloro e insípido, que, además de estos adjetivos básicos, puede definirse de muchas formas distintas, según el punto de vista o el uso que se haga de ella.
En cualquier caso, el agua puede ser dulce, salada, superficial, subterránea, territorial, de manantial, potable o contaminada.
El agua es de dominio público, de mineralización débil, de uso público o privado, y es un agua buena para la salud y el bienestar, o incluso un agua mineromedicinal.
El agua que se puede tomar en la oficina, como la que se bebe de una fuente de agua en los centros de trabajo, puede definirse con muchos adjetivos relacionados con sus múltiples valores, los que vienen en la etiqueta por un lado, y los que se le reconocen como fuente de vida que es.
Y es que el agua que ofrecen las fuentes de oficina es un agua de manantial, de calidad, pura y natural, entre muchas otras cosas.
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