El planeta Tierra en realidad podría haberse llamado Oceanía, Planeta Mar o Planeta Agua, porque, aunque es su parte sólida las que permiten las condiciones de vida biológicamente más adecuadas para los seres humanos, también es cierto que, sin esta masa gigantesca de agua que forman los océanos, no podrían desarrollarse los procesos naturales que tienen lugar en tierra firme.
Sin embargo, resulta paradójico que apenas el 3 % de todos los líquidos del planeta correspondan a un agua potable que los humanos puedan beber sin problemas. Además, en realidad, solo el 1 % de estos fluidos corresponde a un agua mineral totalmente segura para el organismo de los seres humanos.
El agua de mar no puede ingerirse debido a su saturación de sal, que enseguida produciría en el organismo un proceso de deshidratación realmente peligroso.
Al ingerir la sal contenida en el agua marina, se perderían fluidos del organismo para compensar dicha concentración de sal y el hígado tendría que trabajar en exceso ante la imposibilidad de los riñones de filtrar una solución salina tan concentrada.
Esta espectacular desproporción entre el agua salada y el agua dulce que hay en la Tierra se debe en el clima. Los mares son uno de los principales motores de los procesos biológicos que se producen en tierra firme, y son también unos factores determinantes en la humedad y en la lluvia y, por extensión, en la aparición del agua dulce como resultado de esas precipitaciones.
El único defecto es la cantidad de agua dulce producida por ese motor del clima, que se configuró cuando la vida del planeta tenía hace millones de años unas exigencias muy distintas. En la actualidad, con el aumento de la población humana, las necesidades de agua son sin duda mucho más importantes.
Por este motivo, es importante ser consciente de la suerte que se tiene al acercarse a beber agua de una fuente de oficina, ya que tener agua a disposición en su centro de trabajo permite una hidratación constante y a demanda, que no siempre todos los humanos han tenido tan cerca y literalmente tan a mano.
