Nuestro planeta se encuentra en una situación cada vez más delicada, aunque afortunadamente hay voces que se están levantando para tratar de impedirlo. Este fenómeno, denominado conciencia ecológica, apuesta por un cambio de actitud radical. No solo para que los problemas medioambientales no vayan a más, sino para paliar los efectos producidos con el paso del tiempo.
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El concepto de conciencia ecológica surge de que las personas, y en concreto los consumidores, muestran su preocupación por los problemas ambientales y buscan información acerca de ellos. Se trata de un primer paso para cambiar de actitud respecto al tipo de producto que se quiere comprar, junto a un comportamiento que conserve el medio ambiente.
En la UE, las normas en materia de medio ambiente son las más estrictas del mundo. Tanto la Unión como los diferentes gobiernos nacionales se han marcado unos objetivos muy concretos, orientando sus políticas medioambientales de cara al corto plazo, año 2020, y también a largo plazo mirando a 2050.
En Europa existen programas para investigar, regular y financiar con los siguientes objetivos:
Es necesario prestar atención a los espacios naturales, para mantener la biodiversidad que existe en ellos. Así como potenciar otros hábitats artificiales con los que integrar algunas especies en entornos urbanos.
También existen programas destinados a crear una red de espacios protegidos, zonas de alto valor ecológico y de paso, como las vías pecuarias por las que se mueve el ganado o las diferentes zonas verdes que se crean tanto de forma natural como por la mano del hiombre.
La conciencia ecológica también busca conservar y proteger el paisaje, referente a monumentos naturales, valores estéticos tanto en áreas urbanas como en entornos ecológicos. Existe una gran cantidad de artículos, algunos específicos y otros más genéricos.
Como norma general, las medidas buscan frenar el impacto de la contaminación reduciendo las emisiones y los vertidos que impactan de forma directa en el medio ambiente. También retrasar e impedir la erosión, haciendo un uso responsable de los recursos forestales y agrícolas. O conservando la vegetación autóctona de las diferentes zonas.
Mediante subvenciones y planes de fomento de los usos tradicionales de un territorio, se pueden desarrollar actividades económicas incluso en espacios protegidos, siempre dentro de un marco de respeto y aprovechamiento de los recursos naturales, no cambiando las cosas para impulsar un progreso que no sea sostenible.
Nuestro planeta cuenta con ciclos naturales que están relacionados con nuestra salud. El aire, el agua y hasta los edificios en los que vivimos o trabajamos tienen una relación en cómo estamos a nivel físico. Por ello, es imprescindible tener una conciencia ecológica adecuada que nos impulse a mantener una buena calidad y salubridad en el entorno.
La OMS destaca efectos patológicos directos por la exposición a sustancias, radiación y determinados agentes biológico, a nivel físico, psicológico o social. En ello se incluyen conceptos como la vivienda, el urbanismo o el uso de los recursos.
