Identificar los tipos de riesgos laborales: clave para la prevención

Responsabilidad social corporativa


Prevenir es el verbo clave si hablamos de proporcionar y promover la seguridad en tu puesto de trabajo. Por eso, la prevención de riesgos laborales se encarga de identificar, evaluar y controlar los peligros y riesgos asociados a tu entorno de trabajo. De ahí que cada tipo de empleo sea más susceptible a ciertos riesgos y no otros.

Para que puedas identificar los de tu puesto de trabajo, en este artículo te contamos cuáles son los tipos de riesgos laborales.

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Riesgos laborales, ¿qué son?

Llamamos riesgos laborales a aquellas posibilidades de que un trabajador sufra una enfermedad o tenga un accidente relacionado expresamente con su puesto de trabajo. Estos riesgos se pueden clasificar en función del lugar de trabajo y la actividad que se lleva a cabo en esos lugares. Por eso, podemos diferenciar diversos tipos de riesgos laborales. 

Tipos de riesgos laborales: clasificación

Riesgos físicos

Son, quizá, los más habituales cuando se realiza una evaluación del entorno laboral. Se enmarcan dentro del apartado de siniestralidad en la prevención de riesgos laborales. Estos riesgos pueden estar provocados por múltiples motivos, algunos de ellos son: 

  • El ruido. Podemos definir el ruido como una sensación auditiva desagradable. Cuando el ruido es muy fuerte, se corre el riesgo, incluso, de perder la capacidad de oír.

  • Las vibraciones. A menudo, provocadas por maquinaria. Estas vibraciones pueden provocar daños en la columna vertebral, dolores de cabeza, abdominales y otros problemas digestivos.

  • Efectos de la iluminación. Como los deslumbramientos, sombras o reflejos. Estos eventos podrían provocar accidentes. Por este motivo, lo mejor es atender a las características lumínicas del lugar de trabajo, vigilar el estado de las lámparas y respetar los niveles adecuados de luz.

  • Temperatura y humedad. Condiciones extremas en la temperatura y la humedad pueden provocar efectos adversos en las personas. 

Riesgos químicos

Estos riesgos se pueden producir en ciertos procesos, incluso puede provocarlo el medio ambiente. Manipular ciertas sustancia o exponerse a ellas puede provocar serios problemas en las personas como la asfixia, o enfermedades como las alergias. Estas se producen por la inhalación, absorción o ingesta de sustancias peligrosas. 

Por eso, en ciertos puestos de trabajo es necesario usar guantes, mascarillas y otros sistemas de protección. 

Riesgos biológicos

Estos riesgos están producidos por agentes patógenos. Es decir, parásitos, hongos, bacterias o virus. Si un trabajador entra en contacto con estos agentes patógenos, o los aspira, podrían contraer diversas enfermedades. 

Los trabajadores que se exponen a riesgos de este tipo deben trabajar con las protecciones adecuadas; aun así, se recomienda elaborar un programa de control de salud que incluya vacunas y controles médicos específicos. 

Riesgos ergonómicos

Este tipo de riesgos laborales son cada vez más importantes, o al menos, más susceptibles de afectar a más trabajadores. De hecho, en la actualidad, se estima que el 60% de las enfermedades laborales se relacionan con este tipo de riesgos

Estos tipos de riesgos laborales se producen en ámbitos laborales diversos. Son propios de tareas tanto en oficinas como en remoto, sedentarios o de repetición. Tienen que ver con la higiene postural, los movimientos repetitivos o levantar demasiado peso. Estas actividades pueden provocar daños físicos que, si se dejan pasar, se pueden convertir en dolencias crónicas. 

Para controlarlos, se debe cuidar al máximo la higiene postural y tener unos hábitos saludables. Esto se traduce en seguir unas pautas para sentarse correctamente frente a un ordenador, adoptar la postura correcta para levantar peso o tener una postura adecuada si se trabaja en una cadena de ensamblaje. 

Riesgos psicológicos

Estos tipos de riesgos laborales pueden afectarnos a todos en algún momento. Los riesgos psicológicos más frecuentes son el estrés, la fatiga o la monotonía. Para prevenir este tipo de riesgos lo mejor es tener un horario laboral que permita la conciliación familiar. 

También es buena idea no exceder la jornada laboral y tener descansos frecuentes, especialmente una vez superadas las seis horas de trabajo. Un ambiente laboral sano también previene estos riesgos psicológicos. 

Riesgos mecánicos

Estos riesgos tienen que ver con condiciones de base inseguras per se. Por ejemplo, los trabajos que se realizan en altura, con herramientas en mal estado o haciendo un mal uso de los equipos. Por eso es tan importante revisar la maquinaria con la que se trabaja de forma periódica. 

Riesgos ambientales

Hay ciertos factores de riesgo que no podemos controlar. Son los que tienen que ver con los fenómenos meteorológicos y con la naturaleza: inundaciones, tormentas, terremotos, erupciones volcánicas, etc. En estos casos lo mejor es ser prudentes y actuar con precaución. 

Otros tipos de riesgos laborales

Además de los indicados, en la actualidad podemos encontrar otro tipo de riesgos que tienen que ver con ocupaciones nuevas. Por ejemplo, el riesgo para la vista que implica mirar datos durante mucho tiempo en una pantalla; o lo perjudicial que puede ser para el organismo trabajar por turnos o en horario nocturno.

Además de estos tipos de riesgos laborales, el avance de la tecnología promueve la aparición de nuevos riesgos. Uno de ellos es el que corren aquellas personas que trabajan con nanotecnología. Aunque todavía no se han determinado exactamente cómo perjudicará al cuerpo humano a largo plazo, muchas empresas ya están tomando medidas de prevención ajustadas a estos trabajos. 

Después de conocer los diferentes tipos de riesgos laborales, podrás identificar los que son propios de tu puesto de trabajo. Esa es la clave y el primer paso para establecer un plan de prevención.